martes, 22 de marzo de 2016

EL PRIMER OIKOS DEL AÑO.

 
 

-       OIKOS es una palabra griega para designar el hogar familiar. Los hogares siempre han sido elementos fundamentales dentro del plan de Dios para los seres humanos.
 
-    En el Antiguo Testamento vemos como Noé y su familia entraron en el arca; Abraham y su familia hicieron un pacto con Dios; David y su familia recibieron la promesa del Reino; etc. Estos hogares incluían a la esposa, los hijos, los sirvientes y los extraños que allí habitasen.
 
-       En la época del Nuevo Testamento, los misioneros cristianos se propusieron ganar a los hogares para la causa de Cristo. La evangelización de las grandes ciudades del Imperio Romano fue esencial.

-       Desde el momento de la primera reunión del grupo de los ciento veinte en el aposento alto para esperar la venida del Espíritu Santo, hasta la "iglesia en la casa" de Aquila y Priscila, el hogar fue fundamental en la proclamación de las buenas nuevas.

-       Hoy en que la Iglesia vuelve a las casas, el hogar es considerado la célula más pequeña e importante en la formación del individuo, la sociedad y la Iglesia. Como son los hogares es la nación.
 
La ICDJ llama OIKOS a una celebración en casa de una familia amiga, dispuesta a recibir al Señor en su hogar. Tiene por propósitos:

1) Bendecir un hogar llevando a Cristo y Su Palabra.

2) Evangelizar, abrir y tocar el corazón de las personas.

3) Confirmar en la fe, estimulando al llevar el amor de Dios y Su bendición.

4) Acercar a la familia y a personas del barrio, a Jesucristo.

5) Comenzar a plantar un cenáculo.

Este primer OIKOS de 2016, fue celebrado en el hogar de la familia POZO TAPIA.
 
Agradecemos su buena disposición y oramos para que el Señor les proteja, prospere y provea en toda necesidad.
 
 


 
 
 



 
 
 

 
 

 
 
 
 
 







 

domingo, 6 de marzo de 2016

PROPÓSITOS DEL PLAN ANUAL 2016.


 
Lema de la ICDJ 2016

1)      Utilizar todos los medios a nuestro alcance para hacer llegar el mensaje de Jesucristo a los amigos y asistentes a la Casa- Iglesia.

2)      Establecer relaciones de amistad y simpatía con todas las personas que asisten a los diversos programas que se dan en la Casa-Iglesia, con miras a su acercamiento al Señor Jesucristo.

3)      Estimular el desarrollo integral de amigos y discípulos mediante una entrega de conocimientos, herramientas y experiencias con un contenido educativo, psicológico y espiritual equilibrado.

4)      Incentivar el acercamiento al Señor y Su mensaje a través de la oración y la meditación.

LEMA DEL AÑO 2016


 
 
2016, AÑO DEL TESTIMONIO:

“Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.”  (Isaías 8:16)

 

Los niños exploradores de mi época, cuando hacían una buena acción, por ejemplo ayudar a una anciana a cruzar la calle, ataban su pañoleta. No hay quien no lleve atado a su corazón alguna experiencia de amor puro en la infancia, como cuando un grupo de niños encontró una billetera botada en la calle y uno de ellos, el hijo del carabinero, exclamó: “¡Hay que entregarla en la comisaría!” Fue un hermoso acto de honradez originado en una buena educación moral. La bondad, la pureza, ese amor ingenuo de la infancia, es preciso rescatarlo. No digo que un niño esté exento de maldad pero esa edad es como un pozo del cual podemos extraer lo mejor de nosotros porque aún el alma no ha sido totalmente contaminada con el egoísmo, la envidia, la ambición y todos esos males que cargamos los adultos.  

Esta frase de Isaías me toca hondo porque nos invita a atar lo más preciado por un creyente: el testimonio de que Dios es real y existe un mundo espiritual más allá de este universo concreto que tanto nos amarra y limita. Ese otro universo, espiritual e ilimitado, habitáculo de seres angélicos, desde donde la Divinidad comanda todas las cosas es más rico y placentero que este mundo contaminado por la injusticia y la maldad humanas. Los creyentes tenemos la vocación de dar a conocer esa supra realidad. 

La ley del amor, propia de un Maestro misericordioso que consuela al atribulado, sana al enfermo, abrasa al leproso, sonríe al triste, perdona al que yerra, da fuerzas al cansado, comprende al que es diferente, escucha al dolorido, levanta al humilde, enseña al ignorante, en fin ama a todos por igual, es un sello indeleble en el corazón de Sus seguidores.

Este año somos llamados a testificar de Dios y el Evangelio a nuestros amigos y discípulos, sellando la Ley del Amor en sus corazones.